Los ochentas produjeron cientos de peliculas de baile, desde las ya clásicas Vaselina y Fama… yo las vi todas sentado en un sillón dominguero. La que más impacto tuvo en mi fue Beat Street, una pelicula de break dance y graffitti… después de verla salíamos frente a la casa, encerabamos el piso (derritendo un galón de leche) y ensayabamos algunos pasos de break. Sin embargo nos faltaba esa ambientación neoyorkina de botes de basura ardiendo y graffitti por todos lados. Auque no había bombazos, burbujas o vómitos si había las simplonas letras que decían Barrio 13, que aunque simplonas aprendí a respetar… códigos que me fueron diciendo por que calles andar y por cuales no… pintas realizadas por cholos que no bailaban break, traían un pañuelo sobre los ojos y eschuchaban Oldies. Yo trunqué mi carrera de bailarín de break cuando la televisión recibió más señales. No supe más qué pasó con el graffitti y a los cholos la policía los fue acechado hasta exterminarlos.
Algunos años después volví a ver rayones por toda la ciudad, mi madre decía que eran cholos, yo reconocí ese viejo contorno del grafitti.
2
Los baños en las escuelas están rayados y los puentes y los autobuses. Hay una propulsión en nosotros por decir que terminamos escribiendo cualquier cosa en cualquier lado. En los cajeros automáticos hay calcomanías pegadas y en algunos árboles cientos de chicles que ahora los vuelven milticolor. Hay Tin tanes pintados por doquier. Heriberto Yépez comentaba alguna vez como más significativo un tag: SUFRO, que otra escritura, y claro aún más que algún rostro de personaje televisivo. SUFRO era una palabra muy fuerte y de prescencia constante para no notarla. Si claro, usar el rostro de Webster puede ser carente de significación frente un contundente “¡Basta de miseria!”. Sin embargo plagar los espacios públicos de imágenes o letras expone una condición significativa, asi sean Pedros Infantes mal rayados hay alguien interviniendo su contexto. Hay un yo pensando, jugando, vivo, qué no?
3
El stencil, conocido en español como plantilla, molde, estarcido, o hasta con el innecesario anglicismo esténcil, es una de las técnicas de reproducción de imágenes más antiguas del mundo. Hoy, una de las armas del post graffitti, neo graffitti, guerrilla art o street art. Aunque el street art engloba múltiples estrategias, desde pegatinas (calcomanias/sticker), cárteles o propaganda, audio tags, tags luminosos o graffitti realizado con luz, el stencil ha sido desde principios de la década de los noventas su arma más visible. Su auge se produjo como alternativa al graffitti, cada vez más perseguido, pero sin duda su aceptación se debe a que el stencil es menos criptico, más abierto, principalmente imágenes que gozan de mayor aceptación en la cultura preminentemente visual que vivimos.
Como estrategia de intervención, de reapropiación del espacio público, el stencil realiza una guerrilla, una reacción frente a la saturación de publicidad comercial, la propaganda política y la total invasión del espacio público por parte de la imagen corporativa gubernamental. Así el stencil es una de las manifestaciones más claras de que las calles y los espacios públicos no sólo se recorren, se habitan, se interactúa con el medio: se altera. Rayar con clavo sobre un muro concierne a un pueblo en Camboya tanto como a la Grecia antigua. Frente al album romano oficial contrastaban los baños de pompeya plagados de insultos y denuncias políticas. Hacer una pinta o montar un stencil es una estrategia que reclama el derecho del viadante a hacer uso de los espacios públicos. Esta estrategia hace uso del espacio público como un espacio de diálogo. Así esta actividad hace de la ciudad un espacio urbano, fomenta interacciones espontaneas, anónimas. En ese sentido, realiza un enunciado político. Promueve otros espacios a los oficialmente cedidos por el gobierno como los idóneos para la interacción entre individuos (foros, publicaciones, estadios, salas de conciertos, museos, parques, centros comerciales).
Sin embargo ha últimas fechas la condición política del street art se ha suavizado. No sólo por su condición cada vez más decorativa sino que hoy en día el street art se ha asociado a grandes marcas y galerías. El arte urbano vende, desde ropa, calzado, aerosoles, hasta accesorios. Además es el stencil cada vez más una estrategia que usan artistas plásticos y diseñadores como escaparate de su trabajo, una estrategia que a muchos los ha llevado a protagonizar libros, cortometrajes, y a mostrar su trabajo en galerias. Basta mencionar los nombres de Alexandre Orion, Shepard Farley o Bansky.
En México esta condición es más sutil pues los organismos comerciales y culturales sólo coquetean ocasionalmente con los stencileros, así Watchavato, Flujo visual, Undo, Acamonchi, Nahual, Poptripper o proyectos como Inferencia a la memoria o Haciéndose visible pueden coquetear con marcas y galerías y aun así seguir igual de callejeros que siempre.
4.
Dice Danto que toda obra de arte es local. Supongo toda creación responde a la localidad de los referentes y construcción del sistema de vida de un artista. Sin embargo no es local en tanto a un dominio espacial… una pieza de Lichtenstein puede estar en las calles de Barcelona coexistiendo con una pinta de Miss Van sin entablar diálogo alguno. Bueno, un monolito egipcio puede estar frente a la Casa blanca. La localidad responde a las necesidades especificas del artista pero también al diálogo que decide entablar. No se trata solamente de diálogar con el contexto inmediato, las calles vecinas, sino también transgredirlo para crear otra comunidad diálogica. Digamos, el tag, que certificaba un dominio territorial, declaraba la apropiación de espacios físicos, fue cediendo a una condición glocal… territorialmente global pero trabajado y dirigido a comunidades específicas. El crew HEM (hecho en méxico) que surgió en Tijuana a principios de los noventas, cubrió toda la ciudad y luego el resto del país. Paulatinamente, a lo largo de los años, puede verse HEM en varías partes del mundo. Piezas de Fafi o Space invaders cubren París, pero también Kenya, Japón, Tijuana. Esa es la estrategia de todo el street art hoy en día.
5.
Dos de los stencileros más reconocidos en México son Acamonchi y Watchavato, ambos han exhibido su trabajo en México, España, Francia,... Ambos manejan estilos opuestos. El primero trabaja con iconos, el segundo un stencil contextual.
Acamonchi, apegado al trabajo de Shepard Farley, optó por retomar iconos de la cultura pop. En este caso de la cultura pop mexicana: Raúl Velazco, recon
Un día, por el noticiero transmitían una pelea, la pelea era registrada desde un helicoptero, lo que llamó mi atención de inmediato es que esto ocurría en las afueras de un puesto de revistas en df, y en el puesto había visiblemente stenciles de acamonchi… Todo méxico vio esos stenciles… Acamonchi por medio de su sitio web refuerza su campaña, ofrece plantillas descargables que cualquiera puede bajar y aplicar donde sea, como en ese puesto de revistas.
Watchavato, sinaloense, emigró a df para realizar estudios de diseño y se llevó consigo un ramillete sinaloense: Chalino Sánchez, Malverde, y cholos… parte de la cultura narco. Así inició su invasión del df. El df empezó a plagarse de estos personajes. A la par de estos stenciles tiene su trabajo de stencil contextual, textos aplicados en la banqueta o en la entrada a algun edificio pueden darte literalmente los “buenos dias” o “buenas noches”. Watchavato es de los stencileros más intuitivos y atinado, su stencil:
“usted esta aquí
pos si
ni modo que que!”
es el mejor.
6.
Rodrigo Soto escribió a principios de los 70´s “Uno en la llovizna”, un cuento sobre un chico que va de fiesta y la pasa tuannis. Al término de la noche se encuentra con un obrero, quiere acercarse y contarle sus aventuras y siente que no puede… entonces recuerda una frase de Shakespeare: “hay algo podrido en Dinamarca”, y piensa que claro, hay algo podirido en Dinamarca y en cada uno de nosotros para no poder acercarnos a un desconocido y hablar… Entonces el chico llega a casa y toma una lata de pintura azul, sale a la calle a estampar la frase… luego de eso mete su mano en la pintura y se pinta el rostro… empieza a llover. Regresa a casa mientras los vecinos lo observan avidamente.
Graffitti satori
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